Si bien el marco legal establecido en 2009 en Chile y regulada en su aplicación por el SAG permite que la Industria cárnica se ciña a criterios de cuidado y respeto establecidos por diversas entidades internacionales, en el marco de acuerdos de cooperación técnica y científica; las jóvenes generaciones de consumidores y emprendedores aspiran a que el mercado evolucione hacia una dimensión de "cero maltrato", donde sólo se comercialicen productos de origen vegetal, o bien, desarrollados en laboratorios a partir de células madre, sin sacrificar la vida de ninguna especie.